LA CIUDAD MÁS ANTIGUA DE AMERICA
Desde hace cinco millones de años los seres humanos han poblado la Tierra, pero sólo hace cinco mil empezaron a vivir en asentamientos urbanos. Los focos civilizatorios, que tuvieron un desarrollo singular e independiente entre sí, han sido ubicados en Mesopotamia, Egipto, Perú, India, China y Mesoamérica.
En el Perú, la civilización se formó en el área norcentral durante el Período Arcaico Tardío (3000 a 1500 años a.C.). Asentamientos como Caral, Lurihuasi, Miraya, La Galgada, Kotosh, entre otros, fueron construidos casi al mismo tiempo que las pirámides de Giza, en Egipto y las ciudades sumerias de Mesopotamia.
La Ciudad Sagrada de Caral, ubicada en el valle costeño de Supe, a 185 km. al norte de Lima, Perú, fue construida en un área que facilitó el temprano sedentarismo de sus habitantes, sustentados en una economía mixta, basada en la agricultura, pesca, recolección de productos marinos y en el aprovechamiento de los recursos silvestres del valle y de las lomas cercanas. La sociedad de Caral también participó de una intensa red de intercambios que integró a los pobladores de diferentes zonas ecológicas; pudieron tener acceso así, a productos de la sierra y del oriente peruano.
Caral ocupo unas 65 ha. y está compuesta por diversos conjuntos arquitectónicos, entre los que se han excavados: el Sector Residencial de la Sección Alta, el Sector Residencial de Élite, la Pirámide Mayor, la Pirámide del Anfiteatro, el Templo de la Banqueta, el Sector Residencial de la Sección Baja y el Sector Residencial Marginal. Destacan los monumentales volúmenes piramidales y los numerosos fogones distribuidos por toda la ciudad, algunos conductos de ventilación. Éstos habrían estado asociados a prácticas religiosas periódicamente realizadas.
Entre los objetos manufacturados recuperados en Caral se encuentran variadas bolsas de fibra, “shicras”, puestas como exvotos, cestas, textiles de algodón, frecuentemente incinerados, recipientes de mate, husos, abalorios de piedra, concha y madera. El abundante hallazgo de semillas y copos de algodón indica la notable importancia que tuvo el cultivo de esta planta para la sociedad del valle de Supe.
Todos estos indicadores permiten plantear que la población de Supe tuvo una organización con rangos sociales estratificados y un gobierno estatal; y que logró significativos avances en el conocimiento científico, tecnológico y artístico.
El hallazgo en Caral de un conjunto de 32 flautas de huesos de cóndor y pelícano pone en evidencia una elaborada práctica musical y la participación de esta relevante expresión artística en las actividades públicas de los supanos.
Caral en un complejo arqueológico de gran importancia. Desde el punto de vista científico contribuirá a la evaluación de hipótesis relacionadas con el surgimiento temprano de las ciudades, la complejidad de la organización sociopolítica y la formación, por primera vez en el Perú del Estado. Dieciocho fechados radiocarbónicos han permitido establecer su antigüedad en 2627 años a.C. que ubican a Caral como la ciudad más antigua de América.
Desde la perspectiva del desarrollo económico del país, la consolidación y restauración de sus impresionantes edificaciones monumentales convertirían a Caral en un atractivo turístico de primer orden.
Caral es considerada como una “Ciudad Sagrada” por la arqueóloga Shady, quien plantea, tuvo un esplendor de 800 años y que basaron su desarrollo en la producción agrícola y el intercambio de productos con otros asentamientos del litoral y la sierra por el Callejón de Huaylas y la selva por Huanuco.
¿IMAGINAS A MÚSICOS Y ESCULTORES CARALINOS?
Uno de los grandes hallazgos en Caral fueron las 32 flautas hechas de alas de pelícano y cóndores, lo cual demuestra a un pueblo con dominio e expresiones artísticas como música y la escultura, pues en muchos de sus templos están decorados con monolitos.
Aunque resulte cruel, era evidente que uno de los elementos más primitivos de Caral, fue el sacrificio de niños, un ritual mortuorio que creían le daba solidez a sus construcciones. En los templos se sacrificaban niños nobles y en las edificaciones menores niños de clase más bajas. Eso se deduce por los atuendos encontrados.
Observa esta recreación, que nos muestra elementos y posibles características de la forma de vida en Caral.
Caral Ciudad Sagrada y Atracción Turística
Tuvieron que pasar seis años desde que se descubrieron los primeros restos de esta milenaria ciudad para que el Estado e prestara la atención debida. Valió la pena, pues la reciente decisión del Poder Ejecutivo de otorgar recursos para la puesta en marcha del complejo arqueológico de Caral, situado en el valle costeño de Supe (departamento de Trujillo), apunta a dos de los propósitos de sus investigadores: impedir su destrucción y convertirlo en un centro de atracción turística internacional.
La partida de un millón 800 mil soles destinada por el Ministerio de Economía y Finanzas para este propósito permitirá en los próximos doce meses continuar con las excavaciones y avanzar en las investigaciones de este impresionante complejo arqueológico –el más grande y antiguo del Perú y de América-, así como construir un museo de sitio que difunda la importancia de este complejo.
Sin embargo, más allá de los trabajos de recuperación y preservación, el objetivo principal consiste en lograr que el valle costeño de Supe sea reconocido como de interés arqueológico nacional. Con ello se elevará el atractivo turístico de la zona, el cual permitirá el crecimiento de las olvidadas poblaciones de la región.
Este es uno de los objetivos de la arqueóloga Ruth Shady Solis, principal gestora del descubrimiento de la ciudad sagrada de Caral y una de la perseverante impulsora del reconocimiento de esta fastuosa obra arquitectónica. Su hallazgo sorprendió a la comunidad científica internacional, pues reveló la existencia en el Perú de un foco de civilización muy antiguo. “El descubrimiento de Caral cambia la historia del Perú totalmente, pero también la del continente americano. Caral es 1,500 años más antigua en el Perú. Al mismo tiempo, revela una antigüedad coetánea a las ciudades del Viejo Continente, ya que se creía que en América la civilización más antigua surgió entre mil y 500 años antes de Cristo, no antes”, sostiene Shady.
Ciudad sagrada. ¿Peró qué es lo que convierte a Caral en la ciudad sagrada más antigua de América y por qué es necesario declarar el valle de Supe como de interés arqueológico y turístico nacional? Shady, directora del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, manifiesta que Caral revela la complejidad de la organización sociopolítica y la formación de un Estado por vez primera en el Perú.
Asimismo, desde el punto de vista científico, esta ciudad contribuirá a la evaluación de hipótesis relacionadas con el surgimiento temprano de las ciudades y al conocimiento de una civilización de avanzada, correspondiente al período arcaico tardío o precerámico tardío, que abarca desde tres mil a 1,500 años a.C. Así lo demuestran dieciocho fechados radiocarbónicos que establecieron que Caral fue construida casi al mismo tiempo que las pirámides de Giza en Egipto y las ciudades sumerias en Mesopotamia.
Ubicado a 185 kilómetros al norte de Lima y situado sobre una terraza aluvial, a la que sólo se puede llegar por un camino carrozable que se inunda constantemente, el complejo arqueológico de Caral, descubrimiento de investigadores peruanos, ocupa 65 hectáreas de terreno. Posee seis construcciones piramidales, unas 32 estructuras públicas en el área central, barrios residenciales, conjuntos de elite, barrios de servidores y barrios marginales de los trabajadores más pobres, lo cual revela la diferenciación económica y social de sus habitantes.
La arqueóloga, reconocida recientemente con la medalla del Sol Radiante por la Asociación Cultural Vidal Hijos de Supe, en mérito a sus descubrimientos de esta ciudad, inició sus investigaciones en 1994. Luego de dos años de exploración, las excavaciones consiguieron, con ayuda de un equipo de exalumnos y a pesar de las limitados recursos, sacar a la luz los restos de esta antigua ciudad.
Valle Arqueológico de Interés Nacional
Sus pobladores no tienen acceso de energía eléctrica ni a carreteras asfaltadas, pero son heredados próximos de la cultura más antigua del continente americano. El valle de Supe, con 90 kilómetros de extensión, concentra en Caral a 150 familias deseosas de participar en el esfuerzo y el apoyo que permita convertir a esta zona en un punto de atracción arqueológica de interés social.
La arqueóloga Ruth Shady vive desde hace siete años en Caral y comparte con sus aproximadamente 800 habitantes las carencias básicas que les impiden salir del atraso. Por ello, está convencida de que el valle costeño de Supe, y no sólo Caral, debe ser declarado de interés arqueológico nacional para su promoción como polo de atracción turística.
El poblado más cercano al complejo arqueológico de Caral se encuentra a dos kilómetros de distancia. No hay carretera asfaltada. Sólo un camino carrozable constantemente enlodado por las inundaciones procedentes de los canales de regadío. Por esa razón, la arqueóloga, junto al equipo de investigadores del Museo Arqueológico y Antropológico de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, solicitó el apoyo al Estado para dotar de infraestructura vía al valle de Supe. Asimismo, pidió al Banco Central de Reserva la donación del equipo electrógeno que cambió hasta hace poco tiempo.
Los habitantes de Caral se dedican principalmente a la agricultura, aunque esta es demasiado pobre, debido a que la mayor parte del año el lecho del río está seco y sólo se carga durante el verano. No obstante, sus pobladores, en su mayoría mujeres, se dedican a la elaboración de sombreros y enseres de paja, los cuales ya comienzan a ser puestos en venta con el rótulo de Caral en el lugar de lo que será el museo de sitio.
También se proyecta construir paradores turísticos para orientar a los visitantes, en los que los lugareños puedan ofrecer sus productos y así contribuir a mejorar su situación.
Revistas de prestigio internacional en el ámbito científico, como Science, Discover y Geo, así como la BBC de Londres, dedicaron importantes espacios a la difusión del complejo arqueológico de Caral. “Lo que falta es que el Perú y los peruanos nos preocupemos más por difundir el valor y la importancia de este monumento arqueológico para darle el lugar que se merece”, subrayó.
Extraído de tarea veintiuno
Algo más de Caral
Ubicación
El sitio arqueológico de Caral se encuentra en el
departamento de Lima,
provincia de Barranca, distrito de Supe, en el valle medio del río Supe, en la
costa norcentral del Perú, a 350 m sobre el nivel mar. Está ubicado en una terraza
aluvial, en la margen izquierda del río. El clima es templado, el río lleva
agua sólo en los meses de verano, aunque en la zona hay afloramientos de agua
por la poca profundidad de la napa freática.
La ciudad de Caral fue construida por una de las más
importantes civilizaciones del planeta, creada por el trabajo organizado de sus
pobladores en un territorio de configuraciones geográficas contrastadas.
Orígenes de las Civilizaciones en el Mundo
Hace 5 millones de años que los seres humanos iniciaron el
poblamiento del planeta, pero sólo 6 mil años atrás empezaron a costruir
centros urbanos y a integrar redes de interacción a largas distancias.
Seis sociedades en todo el mundo pudieron cambiar sus modos
de vida y generar las condiciones que hicieron posible la civilización, el
Estado y la formación de las ciudades: Mesopotamia, Egipto, India, Perú, China
y Mesoamérica. Es importante conocer cada una de estas civilizaciones porque
ellas influyeron en el desenvolvimiento de otras poblaciones contemporáneas y
tuvieron un rol fundamental en el desarrollo de las sociedades que las
sucedieron en el tiempo.
Pero a diferencia de las civilizaciones del viejo mundo, que
mantuvieron entre ellas un sistema de interacción e intercambio de bienes y
conocimientos que les permitió aprovechar de las experiencias del conjunto, en
el Perú el proceso se dio en total aislamiento, pues Caral se adelantó en, por
lo menos, 1500 años a Mesoamérica desarrollandose en el 2500 al 1600 ac.,
constituyendo el otro foco civilizatorio del Nuevo Continente.
Descubrimiento arqueológico
El primero que llamó la atención sobre Caral fue el
estadounidense Paul Kosok, quien visitó el lugar junto con el arqueólogo
estadounidense Richard Schaedel en 1949. En su informe, publicado en el libro
Life, Land and Water in Ancient Peru, en 1965, mencionó que Chupicigarro (como
se le conocía a Caral entonces) debía ser muy antiguo, pero no pudo mostrar
cuánto. En 1975 el arquitecto peruano Carlos Williams hizo un registro de la
mayoría de los sitios arqueológicos en el valle de Supe, entre los cuales
registró a Chupicigarro, a partir del cual hizo algunas observaciones sobre el
desarrollo de la arquitectura en los Andes, que presentó en el artículo A
Scheme for the Early Monumental Architecture of the Central Coast of Peru,
publicado en 1985 en el libro Early Ceremonial Architecture in the Andes. El
arqueólogo francés Frederic Engel visitó el lugar en 1979, levantando un plano
y excavando en el mismo. En su libro De las Begonias al Maíz, publicado en
1987, Engel afirmó que Chupacigarro (como aún se conocía a Caral) pudo haber
sido construido antes de la aparición de la cerámica en los Andes (1800 aC),
pero sus afirmaciones no fueron aceptadas por los arqueólogos andinos.
En 1994 Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e
identificó 18 sitios con las mismas características arquitectónicas, entre los
cuales se encontraban los 4 conocidos como Chupicigarro Grande, Chupicigarro
Centro, Chupicigarro Oeste y Chupicigarro. Para diferenciarlos Shady los
denominó, Caral, Chupicigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y Lurihuasi
son los nombres quechua de los poblados más cercanos a los sitios. Chupicigarro
es el nombre español de un ave del lugar. Shady excavó en Caral a partir de
1996 y presentó sus datos por primera vez en 1997, en el libro La Ciudad
Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. En ese
libro sustentó abiertamente la antigüedad precerámica de Caral, afirmación que
consolidó de manera irrefutable en los años siguientes, a través de
excavaciones intensivas en el lugar.
El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe está a cargo de
los trabajos in situ. La arqueóloga Ruth Shady, viaja a esta ciudad en forma
permanente para continuar el trabajo de las excavaciones y descubrimientos en
esta parte de un país arqueológicamente rico y de diversas culturas milenarias.
Importancia
Muchos conocen Cusco como la capital del Imperio Inca y Machu Picchu
como el predio de uno de los últimos incas; pero pocos todavía saben que la Ciudad Sagrada de Caral
fue edificada por el primer Estado político que se formó en el Perú 4400 años
antes que gobernaran los incas.
Caral-Supe representa a la civilización más antigua de
América, desarrollada casi simultáneamente con las de Mesopotamia, Egipto,
India y China. Los habitantes del Perú se adelantaron en, por lo menos, 1500
años a los de Mesoamérica, el otro foco civilizatorio de los seis reconocidos
mundialmente, y en más de 3000 años a la sociedad que edificó las reconocidas
ciudades mayas.
El precoz desarrollo de la sociedad de Caral-Supe la
convirtió en la civilización más antigua del Nuevo Mundo pero, a diferencia de
otros focos civilizatorios, como Mesopotamia, Egipto e India, que
intercambiaron conocimientos y experiencias, logró un avance sin precedentes en
completo aislamiento de sus coetáneas de América y del Viejo Mundo.
En el Perú, las formas de organización económica, social y
política de las poblaciones de Caral-Supe causaron fuerte impacto en la
historia del área; trascendieron el espacio y el tiempo, y sentaron las bases
del sistema sociopolítico que tendrían las poblaciones de los Andes Centrales.
En el área norcentral del Perú, el modelo de organización
diseñado e implementado por el Estado de Supe, condujo por varios siglos el
accionar de los individuos en los diferentes campos: económico, social,
político y religioso.
La Sociedad de Supe en los Albores de la Civilización
Caral es el asentamiento más destacado de los 18
identificados a lo largo de 40 km del valle bajo y medio de Supe, cada uno de
los cuales reúne edificios públicos con la característica plaza circular hundida,
además de un conjunto de unidades domésticas. No es Caral el más extenso pero
sí el que muestra un diseño arquitectónico planificado y una fuerte inversión
de fuerza de trabajo en la construcción de los edificios piramidales. Por la
extensión de los asentamientos y por la cantidad de trabajo invertida se hace
evidente que ellos tienen un ordenamiento jerarquizado y que había una
organización social unificada en el valle. Este patrón de distribución puede
extenderse también a los valles de Pativilca, Fortaleza y Huaura, los cuales,
al lado de Supe, debieron constituir el territorio base de formación del Estado
prístino.
Reconstrucción del Templo Mayor
La ciudad de Caral se encuentra en el inicio del sector
medio del valle de Supe, provincia de Barranca, a 184 km al norte de Lima, en
el área norcentral del Perú. Es el asentamiento urbano más destacado por su
extensión y complejidad arquitectónica de todos los identificados en el Perú
entre los 3000 y 2000 años a.C.
Caral ocupa 66 ha, en las cuales se distingue una zona
nuclear y una zona marginal. En el núcleo, las edificaciones están distribuidas
en dos grandes mitades: una alta donde se pueden apreciar las construcciones
piramidales más destacadas, una plaza circular hundida, dos espacios de
congregación pública masiva, además de las unidades domésticas y de
almacenamiento de los funcionarios, así como un conjunto residencial extenso.
La mitad baja tiene edificios de menores dimensiones, aunque destaca el
complejo arquitectónico del Anfiteatro, y un conjunto residencial, igualmente,
de menor extensión. La zona en la periferia tiene numerosas viviendas
agrupadas, distribuidas a modo de archipiélago en «islotes», a lo largo de la
terraza que linda con el valle.
Millones de piedras fueron cortadas y trasladadas a la
ciudad para la construcción de los edificios públicos, para remodelar los
diseños arquitectónicos o para enterrarlos cíclicamente y construir uno nuevo.
Caral y la autoestima social
La primera contribución de Caral a la sociedad actual es en
el campo del conocimiento histórico al mostrar la gran antigüedad de la
civilización en el Perú y América y modificar con ello concepciones sobre la
condición humana en el planeta. En el caso más concreto de nuestro país, la
investigación sobre Caral permite conocer las respuestas dadas por sociedades
que habitaron por casi un milenio este territorio antes que nosotros; podemos
aprovechar las experiencias positivas y desechar aquellas fallidas.
Desde la perspectiva cultural, Caral está llamado a
convertirse en uno de los más importantes instrumentos para mejorar la
autoestima de los peruanos y a constituirse en el símbolo más destacado de la
identidad nacional, por ser la primera civilización, la más antigua de América
y el modelo de organización sociopolítica que desarrollarían otras sociedades
en períodos posteriores en el territorio del Perú. Nos pone en evidencia la
capacidad creadora de los habitantes de este disímil territorio que con
esfuerzo y organización lograron ingresar al estadio civilizatorio un milenio y
medio antes que otras poblaciones del continente.
En el aspecto económico, la puesta en valor de Caral, a
través de acciones de investigación, consolidación y restauración de sus
imponentes construcciones monumentales, la convertirá en un destino turístico
de primer orden a escala nacional e internacional, y en una fuente de ingresos
importantes para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de la localidad
y del país en general. Por su valor histórico, cultural y económico, el
destinar fondos a Caral no es un gasto es una inversión que contribuirá al
desarrollo del país. Confiamos en el cambio de actitudes, en el reconocimiento
de los valores de nuestra historia milenaria, que todo peruano debe hacer para
afirmarse y conducirse con seguridad, sesionado de la misma visión de
desarrollo, en beneficio de los que conformamos esta nación.
Organización Económica
Los pobladores de Supe aprovecharon distintas zonas
naturales de su territorio para obtener una amplia gama de productos; tuvieron
acceso a los recursos del valle, el río, los puquiales, los humedales, las
lomas, los bosques y los montes ribereños.
Maqueta de la Plaza Circular de Caral.
En el valle los campesinos excavaban y limpiaban acequias y
cuidaban sus cultivos de zapallo, frijol, calabaza, algodón, camote, ají, mate
y tutumo. Asimismo, cultivaban o recolectaban pacay y guayaba. A sus
autoridades les entregaban parte de sus cosechas y les prestaban servicios
cuando eran convocados para los trabajos colectivos en las tierras y edificios
de los dioses.
En el río extraían camarones y peces.Cazaban venados y
vizcachas o recolectaban frutos, raíces y caracoles en las lomas. En los humedales
cortaban juncos y totoras, necesarios para la elaboración de shicras y petates.
Por los caminos transversales de la costa, sierra y selva
los comerciantes de valle llevaban productos agrícolas y pesqueros que eran
intercambiados por maderos, hierbas, semillas, pigmentos, plantas medicinales y
caracoles, provenientes de asentamientos distantes; los cuales hacían circular,
a la vez, por los poblados costeños.
Los pescadores de la costa extraían anchovetas y sardinas,
además de machas y choros. Secaban pescado y separaban los moluscos destinados
al intercambio. Al igual que los campesinos, entregaban parte de los recursos
extraídos y estaban al servicio de sus autoridades.
Los agricultores abastecieron de algodón a los pescadores,
fibra indispensable para la confección de las extensas redes que solían
utilizar; a la par, los pobladores del valle adquirían productos marinos,
necesarios para complementar su alimentación. Se formó así la primera
integración socioeconómica entre regiones, dando lugar a una dependencia mutua
y a la especialización ocupacional.
Los señores de Caral tuvieron también relaciones comerciales
con pobladores de otras regiones, principalmente con los del litoral,que los
abastecían de pescados y moluscos.También intercambiaron productos con los
costeños de Pativilca y Fortaleza, e inclusive tuvieron vínculos con lugares
lejanos como Kotosh en el Huallaga, La Galgada en Tablachaca, Santa; Piruro en
el Marañón y Huaricoto en el Callejón de Huaylas.
El intenso intercambio generó un dinámico proceso económico
entre regiones y fomentó la acumulacion. Aquellas condiciones permitieron a la
sociedad de Supe fortalecer su proceso de integración política bajo la forma de
un gobierno estatal y favoreció la formación de clases sociales. La eficacia de
esta forma de gobierno puede ser cuantificable por el auge de las
construcciones de grandes conjuntos monumentales, que emprendió el Estado.
Organización Política
Para algunos se requiere constatar la presencia de una
fuerza militar para probar la existencia de la organización política estatal,
pero el primer Estado no tenía enemigos con los que pudiera competir, su poder
radicaba en la capacidad de unir a distintas comunidades en una misma
ideología.
Ahora que se cumplen 10 años desde el redescubrimiento del
yacimiento, se han presentado las imponentes Pirámide Mayor, Pirámide de la
Galería, Pirámide de la Huanca, Pirámide Menor y Pirámide de la Cantera, que le
otorgan a Caral, a decir de los especialistas, un potencial turístico similar
al de la ciudadela inca de Machu Picchu en Cuzco. © EFE.
La religión fue la fuerza que usó el primer Estado para
implantar la disciplina laboral y social. Los gobernantes eran sacerdotes,
administradores y científicos, encargados de las ceremonias; dirigían los actos
y rituales públicos, preparaban los trabajos colectivos y administraban los
bienes recaudados, cotejaban los datos astronómicos y elaboraban los
calendarios para ajustar las actividades del pueblo. Por otro lado, los
agricultores y pescadores reconocían el poder de sus gobernantes pagando
tributos en sobretrabajo y servicios, en beneficio de la clase señorial.
Se tenía la certeza popularizada que los dioses les habrían
enseñado a preparar sus chacras, trazar sus canales, sembrar las plantas y
construir sus hitos; por lo cual era necesario realizar rituales propiciatorios
y cumplir con el calendario de ceremonias y ritos al sol, al agua y a la
tierra. Todas las actividades, domésticas de producción, construcción,
administrativas y gubernamentales realizadas en Caral, están de una u otra
forma relacionadas con ofrendas, ceremonias, rituales y sacrificios.
En las distintas edificaciones, ya sean residenciales o
públicas, se puede observar la presencia de fogones, usados para la quema de
ofrendas; costumbre generalizada que consideraba al fuego como medio para
comunicarse con los dioses. La gran cantidad de templos y las constantes
remodelaciones que se observan evidencian un sistema relgioso dinámico, en
constante renovación y, al mismo tiempo, el poder social de la religión y el
voluminoso trabajo invertido por los pobladores con el fin de alcanzar el favor
de los dioses.
Se han hallado distintas ofrendas en contextos ceremoniales
y en los rellenos de las construcciones:
Estatuillas de arcilla sin cocer, a manera de entierros
simbólicos, generalmente representando a mujeres relacionadas con rituales de
propiciación o fertilidad.
Textiles y cestos quemados.
Alimentos quemados.
Cruces tejidas u "Ojos de Dios".
Entierros de niños o adultos, algunos ataviados con
collares, indicadores de alto estatus.
Cuentas, lascas o fragmentos de piedras semipreciosas,
Spondylus, cuarzo.
Hojas, mates.
Vegetales entrelazados.
Bollos de hojas de sauce.
Conchas de Choro mytilus con cabellos humanos, cuarzo
Organización Social
El Aspecto Político
Las evidencias materiales indican la existencia de clases
sociales, diferenciadas por su ubicación en el proceso productivo. La clase
dirigente realizaba tareas intelectuales, administrativas, políticas y
religiosas, disfrutaba del excedente producido socialmente, vivía en casas
extensas y contaba con objetos lujosos, como hachas de cuarzo, asientos de
vértebras de ballena y collares de cuentas exóticas. Sus viviendas fueron
amplias y muy elaboradas. Por otro lado, laclase más numerosa estaba dedicada a
los trabajos agrícolas, y a los servicios prestados en la ciudad. Sus viviendas
eran pequeñas y sencillas.
Sacrificios Humanos Rituales
Se han excavado entierros de niños, al parecer tratados como
ofrendas relacionadas a eventos constructivos, ya sea debajo de un muro o de un
piso.Algunos fueron enterrados con vestidos y collares, como expresión de su
posición social elevada.
Por otro lado, se halló un adulto que, al parecer, fue
sacrificado; lo enterraron desnudo, con las manos y los dedos cortados, algunos
de éstos fueron recuperados en unas hornacinas del recinto enterrado también
ritualmente. Cabe resaltar el elaborado peinado que lucía el individuo, de
aproximadamente 23 años.
Reconstrucción de un poblador de Caral de hace 5.000 años
Quipu mas antiguo y la reconstrucción del Hombre Caral-Supe
Expertos de distintas disciplinas reconstruyeron la imagen
del poblador de Caral con los restos de un hombre encontrados en 2002 en el
Templo Mayor, uno de los principales edificios de la ciudadela de barro levantada
a 182 kilómetros al norte de Lima.
Los arqueólogos del Proyecto Especial Caral hallaron el
esqueleto de un hombre de unos 20 años de edad bajo una capa de tierra y
piedras, desnudo y con los brazos cruzados en la espalda.
Se presume que el hombre, de 1,68 metros de altura, fue
sacrificado con golpes en la cara y el cráneo, que le provocaron la caída de
los dientes incisivos y dos fracturas en el hueso occipital.
Debido a las lesiones encontradas en la zona lumbar de la
columna vertebral y en las articulaciones de ambos pies, los expertos suponen
que se dedicaba al transporte de materiales para la construcción o que recorría
grandes distancias para hacer transacciones comerciales.
Su rostro presentaba cara ancha, frente inclinada y pequeña,
cejas poco pobladas, nariz recta perfilada, labios delgados, y cabello lacio
enrollado con hilos de algodón.
En las excavaciones realizadas en Caral se encontraron
además un "quipu", conjunto de hilos trenzados para registrar hechos
o cuentas, pelotas e instrumentos musicales como las antaras (similar a las
quenas), sonajas y flautas fabricadas con huesos de animales.
Además, un centenar de figuras de barro halladas en el lugar
permitieron descubrir los peinados usados por hombres y mujeres, según su edad
y condición social.
Las mujeres usaban largas trenzas que eran recogidas con
mantillas, mientras los hombres de la nobleza se diferenciaban porque usaban
flequillo, además de las trenzas sujetadas con hilos.
Los vestidos eran de algodón, al igual que las sandalias que
calzaban.
Reconstrucción del Rostro del Hombre de Caral-Supe
"Los especialistas han logrado reconstruir el rostro,
el peinado, la vestimenta, el calzado e investigar las fortalezas y carencias
alimentarias de un habitante que vivió hace 5.000 años en la ciudad sagrada de
Caral", declaró a la AFP Jeanet Guillergua, vocera de prensa del Proyecto.
Los arqueólogos hallaron hace cuatro años en Caral (unos 300
km al norte de Lima) un esqueleto -que, se calcula, se trata de un joven de
aproximadamente 20 años- entre una capa de tierra y piedras.
"Estaba desnudo con los brazos cruzados en la espalda y
no llevaba ninguna ofrenda", agregó la institución en un comunicado.
Con base en ese esqueleto y apoyándose en técnicas forenses,
se logró una reconstrucción que permite darse una idea de cómo era su
fisonomía.
"El escultor Edilberto Mérida, con el apoyo de
especialistas de la Policía, ha reconstruido a un hombre de 1,70 m. en base a
fibra de vidrio, similar a lo que se hizo con el Señor de Sipán", agregó
Guillergua.
El Señor de Sipán es un conjunto de osamenta y armadura de
un antiguo jefe de la cultura mochica, compuesto de oro y plata.
Con base en la reconstrucción se sabe que en Caral "los
jóvenes lucían cerquillos, pelo largo y trenzas que envolvían con hilos de
algodón y sujetaban con cuentas, las mujeres peinados laboriosos que cubrían
con mantillas", señaló.
En la reconstrucción se logró determinar los rasgos faciales
del hombre de Caral. Se puede decir que tenía cara ancha, frente inclinada y
pequeña, cejas semipobladas, nariz recta, labios delgados, mentón triangular,
talla promedio de 1,68 m. y cabello lacio enrollado con hilos de algodón.
El quipu, el sistema de contabilidad que usaban
los habitantes peruanos de hace 5000 años y que forma parte de la exposición
"La civilización de Caral - Supe, 5000 años de identidad cultural en
Perú" en Lima.
se informó que los arqueólogos del Proyecto Caral hallaron
recientemente un quipu con una antigüedad aproximadamente de dos mil años antes
de Cristo, una cangrejera, antaras, sonajeras y pelotas, entre otras cosas.
Los quipus son ramales de cuerdas, con nudos y varios
colores, con los que los antiguos peruanos daban razón de las historias,
noticias y de las cuentas.
Según el arqueólogo Carlos Leiva, miembro del proyecto
Caral, son una forma de registro igual de válida que la cuneiforme o
jeroglífica usada por los mesopotamios o los egipcios.
El Quipu es un mecanismo de nudos utilizado
para transmitir información detallada. El haber encontrado uno en la ciudad más
antigua de América, revela que hace 5.000 años ya existía un sistema de
escritura en esta parte del mundo. En la imagen, la arqueóloga peruana Ruth
Shady muestra una figura durante una exhibición en el Museo Nacional de Lima el
18 de julio de 2005.
Datos interesantes de Caral
El descubrimiento de Caral, por sus características, es uno
de los más importantes de los últimos años para la arqueología mundial. Una de
las peculiaridades que hasta la fecha llama la atención es que no se haya
descubierto ningún complejo militar en esta zona.
En Caral no hay indicios de violencia militar, aunque sí
hubo violencia para aquel que no cumplía con las normas de la sociedad; el
control se hacía a través de la religión. Fue la religión el instrumento de
control y coerción que la sociedad tuvo, y que fue ejercido por el grupo que la
dirigía. El poder en la población de Caral lo detentaba un grupo de individuos,
sobre la base de sus conocimientos directamente vinculados con la reproducción
de las condiciones materiales para la supervivencia de la población. Este grupo
de dirigentes era el encargado de hacer las observaciones astronómicas para
elaborar el calendario y así indicar los períodos de tiempo más convenientes
para realizar las diversas actividades económicas. Ellos fijaban las fechas de
la siembra y de la cosecha; dirigían la construcción de las terrazas de cultivo
y la apertura de los canales de riego; conducían el comercio entre pescadores y
agricultores; y hacían llegar los productos hasta largas distancias, en la
costa, sierra y selva.
Las construcciones que se hicieron en Caral estuvieron
relacionadas con ciertas orientaciones obtenidas de observaciones astronómicas,
y es probable que ellas fueran erigidas para ciertos astros, que representaban
a los dioses, reguladores de la vida social. Al Sol, la Luna y las cuatro
cabrillas, el lucero, etc. (que ellos representaban como seres divinos) les
construyeron templos en los cuales se celebraba una serie de rituales de
reconocimiento por los beneficios que de ellos recibían. En esas ceremonias y
rituales comprometían a toda la sociedad. En suma, el poder que alcanzaron
estos señores se cimentó en el conocimiento que ellos poseían y en el ser
intermediarios con los dioses, para garantizar el orden social y la reproducción
de las condiciones de vida materiales de la sociedad. Ellos desarrollaron
conocimientos de matemática, geometría, medicina, que quedaron plasmados en las
obras que ahora excavamos los arqueólogos. Hemos descubierto templos de 18
metros de altura que se han mantenido estables por miles de años, construidos
con piedras y barro, conformados por terrazas y plazas. También observamos los
tratamientos médicos que administraban, por ejemplo, con hojas de sauce, que
ahora sabemos contienen ácido salicílico, principio activo de la aspirina y se
usa para aliviar el dolor; y otros preparados cuyas evidencias aun se estan
recuperando.
La Religión como medio de Cohesión
La religión, entonces, fue el instrumento de cohesión, pero
también de control. Al que no cumplía, al que no iba a trabajar a la ciudad, en
la construcción, en la limpieza y mantenimiento de los canales, en la siembra y
cuidado de las chacras de los dioses, entonces le iba a ir mal, no iba a tener
buenas cosechas, sus acciones fracasarían. A través de la religión, por otro
lado, esas formas de vida colectiva se lograron fijar, fortaleciendo la
congregación y la celebración en ciertas fechas. Así la gente fue desarrollando
una identidad de colectivo, de grupo. La religión cumplió un rol muy importante
en esta etapa del desarrollo de la civilización, como cohesionador social y
como control de la población, para el cumplimiento de las normas que la clase
dirigente imponía.
Plagiarismo por arqueólogos Norteamericanos
"Los arqueólogos norteamericanos que aparecen en algún
documental que se hizo sobre Caral, y que se mostró en algunos países europeos,
se presentaron ante nosotros manifestando su deseo de ayudarnos, pero después
mostraron su verdadero interés de pasar como los investigadores de Caral, como
los directores del Proyecto, cosa que jamás fueron. Nosotros hicimos las
aclaraciones pertinentes, reconocimos su aporte económico para la realización
de algunos análisis radiocarbónicos de Caral, con fondos que obtuvieron de las
instituciones para las cuales trabajan, pero hemos sido enfáticos en afirmar
que ellos jamás hicieron excavaciones en Caral, que no participaron en las
investigaciones en el sitio y que no formaron parte del Proyecto Arqueológico.
Ellos inicialmente se ofrecieron para ayudarnos a conseguir
fondos del extranjero, a lo cual no nos negamos en vista de la situación
económica que atravesábamos. Para ello, aceptamos presentar un artículo en
conjunto, mediante el cual dimos a conocer los resultados de los fechados
radiocarbónicos de Caral al mundo, publicado por la revista Science. Sin
embargo, aprovechando la publicidad que acompañó a dicho artículo, ellos se
presentaron como los descubridores e investigadores de Caral, como los directores
del Proyecto Arqueológico. Simultáneamente, en las páginas web oficiales de sus
instituciones ellos aparecieron como investigadores de Caral, como directores
del Proyecto Arqueológico. Después de esta mala experiencia ellos pretendieron
alegar que todo había sido un malentendido causado por la prensa; un argumento
falso en vista de lo que habían publicado en sus páginas web. A pesar de todo
esto, insistieron en su propuesta de conseguir fondos para el Proyecto a cambio
que le entregáramos la dirección. No aceptamos y decidimos continuar solos,
pobres, pero dignamente con nuestro trabajo. Fue una mala experiencia."
Investigaciones
El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (PEACS) es una
unidad ejecutora del Instituto Nacional de Cultura del Estado peruano que ha
planteado un programa una investigación, conservación y puesta en valor del
patrimonio arqueológico con un enfoque integral, sostenible y
multidisciplinario. Por ello se viene trabajando paralelamente en el estudio científico
de los sitios arqueológicos del valle de Supe, en la conservación física de los
monumentos, en la restauración y puesta en valor de éstos con fines turísticos
y en la búsqueda de la aplicación de diversos otros proyectos con la finalidad
de fomentar el desarrollo socioeconómico de las poblaciones del distrito de
Supe y de la provincia de Barranca. Se busca convertir al rico patrimonio
cultural de Caral-Supe, la civilización más antigua de América, en el eje que
fomente mejores condiciones de vida para la sociedad actual.
Con esta perspectiva el PEACS viene realizando excavaciones
arqueológicas en Caral y en otros sitios aledaños y coetáneos a éste; estudia y
analiza los materiales obtenidos; desarrolla un programa permanente de
monitoreo y conservación de las estructuras arquitectónicas del sitio; elabora
informes científicos y de divulgación; diseña circuitos turísticos de visita;
organiza eventos para la adecuada difusión de la importancia histórico-cultural
del lugar; y, promueve el desarrollo integral de la población local y nacional.
A partir del año 2005 se dará inicio al primero de los proyectos del programa
integral, promovido por el PEACS, de aplicación en el aspecto agrario de la
zona, que será ejecutado por el Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA)
con el apoyo económico del Fondo de Las Américas (FONDAM).
Las actividades de investigación en el valle de Supe,
provincia de Barranca, desarrolladas desde 1994, han demostrado que Supe fue el
asiento del primer Estado político formado en el Perú, con mayor datación de
este continente y que Caral es el asentamiento urbano con arquitectura
monumental más antiguo de América. Su antigüedad ha sido confirmada por
cuarentidós fechados radiocarbónicos, entre los 3000 y 2000 años antes de nuestra
era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario